Surge una hermosa relación de amistad. Pero resulta que algunos amigos nos causan más dolor y estrés que felicidad. Las amistades tóxicas pueden conducir a una espiral de incomodidad, erosionando la confianza y la autoestima. ¿Cómo reconocerlos y deshacerse de ellos?
Algunas amistades cambian con el tiempo, y los buenos sentimientos al principio solo generan estrés e infelicidad. No siempre es fácil detectar un amistad toxica. Las relaciones insidiosas y tóxicas socavan gradualmente tu moral y confianza en ti mismo. Dependencia emocional, manipulación, desvalorización, celos… Si dudas de tu amistad, aquí tienes algunas señales que te ayudarán a verla con más claridad.
¿Qué es una “amistad tóxica”?
Lejos de ser simples, las relaciones amistosas suelen ser muy fuertes, pues el vínculo que se establece es íntimo y profundo. La amabilidad, el respeto, el cariño, la confianza y la sinceridad son los cimientos de una amistad sana. Para ser equilibrada, la relación debe permitir que ambas personas florezcan, tanto individualmente como en conjunto.
Una amistad tóxica es una amistad donde la relación es unilateral. Uno tiene poder sobre el otro y le resulta difícil pensar por sí misma. En una amistad tóxica, quien tiene el poder no deja su autonomía al otro, sino que la mantiene bajo su control. Cuando se vuelve malicioso, vampirizante, basado en la culpa, los celos o la envidia, la relación se torna tóxica e incluso perversa.
¿Cuál es la diferencia entre una amistad tóxica y una amistad desequilibrada?
Algunas amistades pueden desequilibrarse sin ser necesariamente tóxicas. La amistad se ve sobre todo como un intercambio -de emociones, de tiempo, de apoyo- y muchas veces nos gustaría que el nivel de inversión fuera el mismo para ambas partes. De hecho, varía según la personalidad de cada persona. Si sufre del desequilibrio observado, se necesita una discusión para arreglar las cosas. Aún así, a veces la no reciprocidad no es solo una impresión. El desequilibrio puede ser el primer paso hacia una amistad tóxica. En una amistad desequilibrada se da mucho y se recibe poco. En una amistad tóxica hay, además, una toma de poder, una contención, una dificultad para salir de la relación. También puede haber sentimientos de miedo e impotencia por parte de la víctima.
¿Cuáles son los signos de una amistad tóxica?
Las señales de advertencia suelen ser indirectas y sutiles al principio, lo que dificulta que las víctimas salgan antes de que sea demasiado tarde. Hay un malestar psicológico o corporal, una sensación de ser utilizado. En una amistad tóxica, la víctima puede sentirse privada de sus derechos o dominada. Pero al principio puede estar deslumbrada, admirada, agradecida de haber sido elegida por una persona que considera excepcional. Ella también es a menudo incapaz de manejar la situación. Como si siguiera pensando que necesita al otro, que el otro es esencial para ella. La persona puede hundirse en la dependencia emocional: Los signos de una amistad tóxica también vienen por retraerse en uno mismo, por apartarse de otras relaciones, por ser exclusivo del amigo tóxico. La persona demuestra que tiene el control porque toma el control de los pensamientos y sentimientos del otro. Parece incapaz de pensar por sí misma.. La conciencia a menudo llega cuando el daño ya está hecho. Los familiares primero se dan cuenta de que la relación es tóxica. A la persona le cuesta admitirlo. Una vez que la víctima admite este estado de cosas, le lleva tiempo salir de él.
En definitiva, si te reconoces en más de uno de estos signos, probablemente estés en una relación tóxica:
- Estás estresado y con ganas de verlo.
- te sientes dominado
- tu comportamiento no es el mismo
- Tu amigo no está contento con tu felicidad.
- Tu confianza en ti mismo ha disminuido
- Tu amigo drena tu energía
- Te sientes culpable constantemente
¿Cómo salir de una relación tóxica?
Tan pronto como empecemos a sentirnos incómodos, cuando nuestro comportamiento personal cambie, cuando nos sintamos confundidos, debemos hacernos preguntas. En determinadas situaciones, durante una dependencia emocional sofocante, por ejemplo, se puede intentar distanciarse gradualmente, espaciando los encuentros.
También puedes reintroducir a otras personas en la relación viendo a la persona tóxica con otros amigos. Esto puede convertirla en la que se va. Para evitar el fenómeno de la repetición, se recomienda acudir a una persona de confianza o terapeuta para verbalizar su malestar y evitar la culpa. Pero también, para reconectar con tu familia, tus amigos, tu vida social anterior, para poder frenar el proceso de aislamiento.