Presión laboral, cambio de estilo de vida, episodio traumático…, todos podemos estar sujetos a estrés, de forma ocasional o más habitual. Si las causas son múltiples, los síntomas son precisos y hay un panel de soluciones naturales. Vea cómo luchar contra el mal de nuestro tiempo.
Hablar oralmente, metas a cumplir, problemas familiares, problemas de pareja…, son tantos los factores de nuestro día a día que pueden estresar a nuestro organismo. Además, el período actual que, debido a la pandemia, bloquea nuestro horizonte y nos hace sumergirnos en la incertidumbre sobre lo que nos espera más adelante.
Si el problema reaparece y provoca depresión o dolores físicos preocupantes, evidentemente es más que recomendable acudir al médico. Pero si solo quieres tomar las medidas correctas y tener algunos consejos para combatir esos momentos incómodos, sigue leyendo.
Estrés: las causas
Por lo general, el estrés lo genera nuestro cerebro cuando identifica una situación “peligrosa”. Según las sensibilidades de cada uno, pueden variar, pero suelen estar relacionadas con nuestro enfrentamiento con el mundo exterior, con presiones profesionales, con dificultades económicas, con un cambio (de trabajo, un divorcio, una mudanza), con un episodio personales traumáticos (enfermedad, duelo…) o colectivos (ataques, pandemia…).
Todo esto, combinado con un estilo de vida cada vez más opresivo, el encierro, las interacciones sociales reducidas, forman un cóctel explosivo para nuestra tranquilidad.
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Estrés: los síntomas
Cuando nuestro cuerpo está bajo un estrés intenso, reacciona adaptándose a él. Ante la agresión, libera hormonas como adrenalina o cortisol. Entonces, para combatir, secreta glucocorticoides para elevar el nivel de glucosa en sangre.
Todas estas convulsiones pueden provocar dolencias físicas como palpitaciones, aumento del ritmo cardíaco, migrañas, trastornos del sueño (el insomnio o las pesadillas se mencionan a menudo en los episodios de estrés), diarrea, dolor de hombro o sudoración excesiva.
Los síntomas también pueden ser psíquicos y dar lugar a manifestaciones emocionales como irritabilidad excesiva, agresividad, problemas de memoria. Esto acaba generando conductas peligrosas como el consumo excesivo de alcohol, tabaco o trastornos alimentarios.
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Nerviosismo: aceites esenciales indicados
Los aceites esenciales son un gran aliado en la lucha contra el estrés. Lavanda, naranja, bergamota, manzanilla…, tienen propiedades calmantes que pueden ayudarnos a prevenir los incómodos síntomas ligados a nuestra ansiedad.
También puedes utilizar estos aceites esenciales en masaje, baño o difusor. También destacamos la rollitosque además de ser prácticos, son fáciles de llevar a todas partes.
Antiestrés: cápsulas y plantas
- Magnesio: El magnesio es el mejor amigo natural para cualquiera que esté estresado. Encargado de transmitir los impulsos nerviosos, regular el ritmo cardíaco y el tránsito intestinal, no consumimos en cantidad suficiente este oligoelemento imprescindible para nuestro organismo. En momentos de estrés, recomendamos tomar 100 mg al día.
- Suplementos alimenticios: cuando el cansancio se intensifica y nuestro cuerpo se siente agotado por la lucha contra el estrés, podemos considerar un compuesto de vitaminas y, en particular, B6, que ayuda a fijar el magnesio a las células.
- plantas: Hipérico, lúpulo, valeriana, melisa, maracuyá, rodiola, espino… gracias a sus principios activos son grandes aliados antiestrés.
Agotamiento: cambia tu estilo de vida
Como muchas veces no podemos cambiar lo que nos estresa (trabajo, familia…) podemos cambiar elementos de nuestra vida diaria, y gestionar la presión para estar más tranquilos.
- comida: cuando estamos cansados, irritables, ansiosos, tendemos a tirarnos a las grasas, al azúcar, al alcohol, empeorando nuestro estado a corto y medio plazo. Sin embargo, alimentos como chocolate amargo (un cuadrado al día), relleno de magnesio, aguacate, almendras, pescado graso o cereales integrales reducir el nivel de cortisol y estimular la producción de endorfinas, la hormona del bienestar. Los cítricos y su vitamina C también son bienvenidos.
- Deporte: Hacer ejercicio físico, respirar aire puro, cambiar de punto de vista, cansar el cuerpo y dejar actuar la liberación de endorfinas es fundamental, pero más en momentos de estrés. Los deportes suaves como el pilates o el yoga, practicados durante apenas media hora al día con tutorías, relajan considerablemente.
- Respiración: Descansar 5 minutos, cerrar los ojos y respirar con calma, desconectar de la tarea estresante que nos ocupaba muchas veces es la clave para calmar el cuerpo, disipar los pensamientos oscuros y empezar con el pie derecho.
- Meditación: Hay una gran cantidad de meditaciones guiadas disponibles en línea o en forma de aplicaciones, que pueden calmar el cuerpo y la mente y minimizar las situaciones.
- dispositivos antiestrés: hay una plétora de ellos disponibles en línea. Una pelota antiestrés puede calmar fácilmente la ansiedad, sobre todo porque algunas combinan aceites esenciales.
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Un buen baño caliente, un masaje, un libro… todas las actividades suaves que cambian nuestro punto de vista, nos sacan de la infobesidad y frenan por un rato el ritmo frenético de nuestras vidas superconectadas contribuyen en gran medida a reducir el estrés.