Cada vez más popular, la pareja libre sigue siendo un tipo poco convencional de relación romántica. Para algunas personas, la sola idea de ir a otro lugar es emocionante, mientras que para otras es una condición sine qua non para un amor duradero. Pero, ¿qué es exactamente la pareja libre? ¿Qué lo hace diferente del poliamor? ¿Y por qué los conceptos de compersión y no exclusividad son esenciales para las personas en una relación libre? ¡ Flamencarevuelta responde a todas tus preguntas!
Pareja libre y poliamor, ¿cuál es la diferencia?
La pareja libre es un tipo de relación amorosa en la que la noción de exclusividad sexual no tiene sentido. En otras palabras, cada miembro de la pareja puede tener otras parejas sexuales, sin que ello ponga en peligro su mutuo amor y fidelidad sentimental. En el poliamor encontramos la no exclusividad, pero está más “difundido”. Por lo tanto, una persona puede estar en una relación con múltiples parejas al mismo tiempo. Evidentemente, tanto si se trata de una pareja libre como de un poliamor, cualquier persona involucrada en una relación conoce y acepta este sistema no excluyente.
Concurso de comida: ¿La promesa del amor incondicional?
En primer lugar, ¿qué significa esta extraña palabra «compresión»? Concepto bastante cercano a la empatía, la compersión consiste en experimentar -por efecto rebote- la alegría o el placer que siente otra persona. En otras palabras, si sientes compasión por tu pareja, es porque sientes alegría al verlo feliz, independientemente de la fuente de su felicidad. Y este planteamiento es todo menos trivial, ya que revoluciona el mito del amor en el que estamos inmersos desde hace más de tres siglos. Porque por extraño que parezca, nuestro imaginario colectivo asocia el amor a una forma total, que colmaría todas las expectativas y curaría cualquier dolor. Según esta lógica, la pareja romántica debería ser la fuente principal, si no la única, de nuestra felicidad, y viceversa. El problema con tal creencia es que alimenta expectativas irrealizables y cristaliza la adoración del ego. Por el contrario, la pareja libre pretende abrir el campo de posibilidades gracias a un enfoque menos egocéntrico y más realista. Y si la compersión es un concepto querido por las personas en pareja libre, también lo es porque explora un amor desinteresado pero incondicional. Un amor más independiente, en el que la exclusividad no se da por descontada, al igual que la convivencia o el matrimonio.
La pareja exclusiva, ¿un mito a desmentir?
Como tan bien explica Liv Strömquist en su cómic «The Feelings of Prince Charles», la pareja está asociada a la idea de propiedad del cuerpo del otro. Entonces, la peor traición en una pareja exclusiva sería compartir un momento carnal o sexual con otra persona. En la pareja libre, esta noción -cargada de nuestro pasado patriarcal- es cuestionada, repensada, deconstruida. Es el concepto mismo de fidelidad el que se cuestiona, de tal manera que se advierte que una vez extraído de su contexto histórico y cultural, pierde gran parte de su evidencia. Para dos personas que tienen una relación libre, la lealtad pasa, pues, por reglas que han decidido juntos, como la honestidad y la comunicación. Este es obviamente un modelo más abierto, pero donde la confianza en uno mismo y en el otro es tan importante, si no más, que en una pareja exclusiva.