Preservar tu jardín secreto: ¿la llave para una pareja realizada o una puerta abierta al engaño?

Si una pareja feliz se basa en la confianza compartida y obviamente se debe evitar la acumulación de mentiras, ¿es realmente sabia la tiranía de la transparencia? ¿Y si el amor más pleno quisiera preservar este jardín secreto? ¡Descifrado de cuatro puntos!

Ten un jardín secreto: deja vivir tu imaginación

¿Quién no ha fantaseado nunca con un hombre visto en la calle o una mujer atravesada por el metro? Es simplemente imposible evitar que nuestro cerebro fantasee, tanto en casa como con tu pareja. ¡Y esto es bueno, porque la fantasía traduce una forma de vitalidad! Tiene muchas razones para existir y suprimirlo puede tener repercusiones negativas, empezando por un aumento de la ansiedad. Además, ¿por qué estos pensamientos íntimos necesariamente deben compartirse dentro de la pareja? Ocultarlos, frente a ser una traición, expresa una delicadeza benévola: la de no herir al otro por una razón trivial. ¡Además, darle a tus fantasías la libertad de existir es la mejor manera de no querer realizarlas! Al contrario, ser policía con tu pareja tenderá a echarlo en la boca del lobo…

Contarlo todo: falta de confianza en uno mismo y en el otro

Obligar al otro a decirlo todo está lejos de ser una gran prueba de amor. Por el contrario, la necesidad de escuchar de la boca de tu pareja: «Siempre te lo contaré todo» – y mantener tú mismo una promesa tan loca – atestigua una triple falta de confianza. Una falta de confianza en sí mismo, que por efecto rebote, conduce a una falta de confianza en el otro y en su pareja. Así, dos personas que acuerdan compartirlo todo, en realidad están unidas por su común fragilidad y baja autoestima.

Obligando a decirlo todo: expropiar al otro y agotar la relación

A la larga, esta llamada transparencia total, en lugar de fortalecer la relación, más bien tendería a agotarla. Por un lado, porque el misterio es parte integral del deseo que uno siente por el otro: ¿qué es más conmovedor (¡y más sexy!) que una pareja que todavía se sorprende, después de años de vida en común? El deseo se alimenta de zonas grises, períodos de carencia, interrogantes y territorios inaccesibles. Querer expresar y aclarar todo se reduce a sofocar esta llama. Pero aún más perjudicial, esta obligación de transparencia tiende a expropiar al otro ya negar la propia existencia. Porque por un lado, nosotros mismos no entendemos todos los pensamientos y emociones que nos atraviesan. En este contexto, es difícil pretender conocer todos los de nuestra pareja… Por otro lado, cada uno necesita poder recargar pilas en su jardín secreto. Estos momentos de soledad le permiten hacer un balance de sus aspiraciones personales, sus sueños y sus fantasías íntimas.

Encontrar balance

Sí, es muy saludable hablar en pareja… ¡pero esto no significa que todos los elementos de tu vida tengan que ser expresados ​​a tu pareja! Para preservar el deseo y mantener un clima de confianza, procura poner en orden los pensamientos que son profundos y beneficiosos para tu relación y los que parasitan o debilitan a la pareja. Prioriza compartir tus análisis, deseos, dudas o proyecciones futuras.

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