Asombro, retraimiento, tristeza y rabia… Poder olvidar a tu ex requiere pasar por las 5 etapas del duelo amoroso. Un camino largo y doloroso, pero que permite conocerse y, en definitiva, evolucionar positivamente. ¡Te lo explicamos todo!
La primera fase: “¿Estoy en medio de una pesadilla? «
“Se acabó”, “Te dejo”, “Creo que debemos separarnos”… Ninguna fórmula es mejor que otra. Ya sea que uno se vaya o se quede, la separación en el amor conduce a un estado de shock. Para la persona que queda, a menudo es una puñalada, tanto más dolorosa cuando no vio venir nada. Para la persona que decide irse, la carga de la culpa y la duda puede ser pesada. La violencia de la ruptura es un huracán emocional, entrelazando sueños caídos, profundo dolor y miedos por el futuro. Hacer frente a la realidad de la separación puede tomar algún tiempo, especialmente después de 5, 15 o 25 años juntos. Los primeros días todo parece irreal, como si estuviéramos en medio de una pesadilla. Este estado de shock puede provocar reacciones de mente y cuerpo, como una forma de anestesia física o una mente confusa. Esta primera etapa es muy frecuente y no alarmante: para ayudarte a superar una ruptura, tu cuerpo segrega hormonas antiestrés. No te preocupes, todo volverá a la normalidad a medida que avance tu duelo romántico.
Si el amor a menudo se compara con una droga, no es por nada … Tiene varios efectos similares, como la liberación de hormonas para sentirse bien, a veces calmantes, a veces emocionantes. El final de una historia de amor puede generar, por tanto, una intensa sensación de carencia: una sensación de no poder subir la cuesta, de que cada rincón de tu apartamento esconde un recuerdo común, de que su ausencia crea un vacío abismal imposible de llenar. En esta fase la gran mayoría de los pensamientos se vuelcan a la falta y solo queremos una cosa, que vuelva el ser amado. Es un verdadero período de destete, a la vez físico, emocional y mental. Al principio, es normal que tus pensamientos sean obsesivos. Durante esta etapa de conocimiento, es posible que tengas la tentación de volver a contactar a tu ex. Pero al igual que no pondrías un cigarrillo encendido frente a alguien que intenta dejar de fumar, es importante evitar el contacto con tu ex. Abstenerse de cualquier proximidad física o virtual (¡sí, sí, el acecho en las redes sociales es importante!) es, por lo tanto, esencial para la desintoxicación.
La tercera fase: «Todo es mi culpa…»
La fase de interiorización consiste en hacer un balance para comprender mejor las causas de la ruptura. Todas las preguntas que deben hacerse se abordan durante este tiempo y es común asumir toda la responsabilidad por la separación. El: «Debería haberlo hecho así» y: «Debería haberlo hecho mejor así» nos golpeaban en la cabeza. Pero como en todas las demás formas de relación, la culpa es compartida. Ambos se enamoraron y desarrollaron esa relación juntos. Por lo tanto, cada uno es responsable del desarrollo de la pareja. Sin embargo, esta fase es muy importante, porque le da sentido a la ruptura y te ayuda a seguir adelante. También es una oportunidad para mirar al pasado con una mirada más lejana y, por primera vez, pensar en tu futura vida amorosa: ¿qué te gustaría reproducir? O por el contrario, ¿qué es absolutamente necesario cambiar?
La cuarta etapa: «¡Buena suerte, mi vida será mejor sin ti!» «
Después de ti, le toca a tu ex ser el responsable de tu declive. Lejos de ser un compás a medias, este pasaje deja escapar una ira viva hacia la persona que antes era tan amada. El comienzo de esta fase marca una segunda pérdida de control, esta vez por indignación y rebeldía. Pero también desencadena otro ciclo, lleno de vitalidad. Este es el pasaje: «¡Reinicié los contadores!» “: Nuevo peinado, nueva actividad artística o deportiva, nuevo vestuario… ¡Haz espacio para el cambio, libérate – ahora sin melancolía – de las cargas del pasado!
La última etapa: «¡Ahora sé lo que quiero!» «
Después de aceptar y exteriorizar todas estas emociones negativas, finalmente has logrado llorar tu relación pasada. ¡Experimenta el famoso adagio: «Después de la tormenta, llega el tiempo»! Y todo esto te ha enseñado mucho. Conseguiste superar este calvario y saliste transformado. Como una versión evolucionada de ti mismo, que se conoce mejor a sí mismo y que sabe más sobre lo que quiere en su vida.