Simular un orgasmo: ¿por qué es una falsa buena idea?

Si bien existen miles de formas diferentes de hacer el amor y prácticas sexuales, muchas mujeres ya lo han fingido. Y por una buena razón: a veces es una forma de evitar lastimar a tu pareja… ¡y de no ofender tu ego masculino! Pero lejos de ser una buena idea, simular el orgasmo actúa como un freno a la realización sexual.

Un camino hacia la insatisfacción sexual

¿Por qué están fingiendo orgasmos, exactamente? El principal motivo es para tranquilizar a su pareja… Pero ¿para tranquilizarlo de qué? Si bien es cierto que la presión del rendimiento pesa mucho sobre los hombros de un hombre, incluso hacerle creer que está haciendo que te corras no es una solución. Los orgasmos se simulan para proteger a su pareja, darle la ilusión de una satisfacción sexual total y halagar su ego. El problema es que tal actitud probablemente te obligue a dejar de lado tu satisfacción sexual. Por ejemplo, si haces mucho ruido durante el sexo pero no te gusta mucho, tu pareja pensará que estás bien.

Entonces, ¿por qué no ser honesto? Cada persona, mujeres y hombres, tiene preferencias diferentes. Tu pareja no puede adivinar lo que te gusta, al igual que tú no puedes saber lo que le gusta a él, hasta que se expresa de alguna manera. Al contrario de la mejora sexual, la simulación borra las huellas y da malas pistas sobre lo que te llevará al séptimo cielo. Atrévete a expresar tus preferencias y cállate si no te diviertes: ¡tú y tu pareja saldréis adelante!

La creencia en el orgasmo como placer supremo

Pero el hecho de fingir también revela una creencia infundada: la de pensar que el orgasmo es la única prueba -o al menos la prueba definitiva- del placer sexual. Sin embargo, sucede que disfrutamos de forma mecánica, sin que el acto sexual sea extraordinario, como también sucede que pasamos un momento increíble sin llegar al orgasmo. El desapego del imperativo del orgasmo es, por lo tanto, también un elemento importante. Si bien es vital que tu pareja intente complacerte, las relaciones sexuales no siempre tienen que terminar con un orgasmo. Y si realmente te importa, ¡recuérdale a tu pareja que no es porque lo disfrutaron que el acto sexual terminó! Todavía puedes tener un orgasmo y hay muchas maneras…

El (tonto) mito de la omnipotencia masculina

En el imaginario colectivo -afortunadamente en proceso de evolución- el hombre valiente hace el amor con la mujer pasiva. Es por tanto él quien sería el responsable del orgasmo femenino… o de su ausencia. Pero al igual que los problemas de erección, las cosas son mucho más complejas que este mito de la omnipotencia masculina sobre el orgasmo femenino. Algunas mujeres se corren fácilmente, otras tienen un orgasmo en raras ocasiones.

Asimismo, nuestro estado de ánimo incide directamente en nuestra predisposición al placer sexual: no hace falta ser Einstein para entender que en momentos de exceso de trabajo estamos menos inclinados a disfrutar que en vacaciones junto al mar… En esto Lógicamente , parece más gratificante para tu relación (¡y tu sexualidad!) comunicar tus sentimientos que simular un orgasmo. Esto es tanto más beneficioso cuanto que hablar de ello le permite reclamar su placer y reducir la presión sobre el rendimiento de su pareja.

Una mentira difícil de decir

Podemos ser muy honestos, ¡muchos de nosotros ya lo hemos fingido durante nuestra existencia! Por supuesto, esta es una mentira cuya gravedad no es alta, pero que resulta difícil de confesar cuando se convierte en un hábito. ¿Cómo, después de varios meses -incluso años- de relación, logras decir que no sientes placer por esto y esta práctica, que (presuntamente) ha levantado el telón hasta entonces? Si bien siempre es posible establecer la verdad, se vuelve más difícil si la mentira se ha repetido muchas veces. Sin embargo, no te rindas: si lo fingiste, fue con buenas intenciones. ¡Pero ha llegado el momento de ofrecerte una sexualidad rica y totalmente satisfactoria!

Una solución falsa

Finalmente, fingir un orgasmo no resuelve nada. El hecho de que parezca que te estás corriendo no significa que vaya a ser real. Además, fingir impide cualquier evolución positiva de la sexualidad, ya que da la impresión de que todo va bien. ¿Y cómo resolvemos un problema si ni siquiera sabemos que existe? ¡Haz tu mejor esfuerzo para ser honesto contigo mismo y con tu pareja, para finalmente darte el placer que te mereces!

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